El océano vuelve loco a cualquiera
La inmensidad de sus límites
Sus más oscuras profundidades
Todo en él se aleja.
El mar en cambio es del hombre,
Porque a pesar de su grandeza
Sus aguas la tierra besan
Y se van sin decir a donde.
Por eso es que puedo ver tus ojos
Y sin miedo querer entrar.
Porque aunque parezca que me habré de ahogar
Sé que en las playas dormiremos.
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